Karina, una historia de superación II
- María Marta Valero
- 24 dic 2015
- 2 Min. de lectura

El tiempo pasó, la veterinaria nos comentaba que no podía asegurar que se fuera a recuperar del todo la pata trasera que todavía no apoyaba, quedaría una marcada cojera. Pero un día de marzo se produjo un pequeño milagro, Karina comenzó a caminar con las cuatro patas. Una de ellas no tenía la fuerza suficiente para mantenerse y todavía le temblaba pero supuso un gran avance.
Durante el tiempo que notamos que Karina mejoraba, difundimos a la perrita en las redes sociales con fotos y videos de sus logros con el objetivo de que alguien se fijara en ella y consiguiera el hogar definitivo del que su antigua familia le había privado. Pese a los intentos por darla a conocer en el fondo sabíamos que era un caso complicado ya que la mayoría de los que buscan adoptar un perro quieren que esté sano, sea joven o cachorro y, por supuesto, que no cojee. Sin embargo, la suerte de Karina pronto cambiaría para mejor.
Mi tía Pilar hacía alrededor de dos años que había perdido a su perro, Nicolás, al que todos queríamos mucho. Aunque Nicolás no era demasiado mayor, había sufrido una enfermedad la cual le causaba tanto dolor que no quedó más alternativa que dormirlo. No quería volver a sufrir de nuevo la misma situación con otro perro, por ello, no se había planteado adoptar. Pero ella comenzó a encariñarse mucho de Karina y, sin pensar en las limitaciones que podía tener la perrita, la adoptó.

Todos nos alegramos mucho con la noticia, sin duda, sería la reina de la casa. Pero por desgracia a Karina le quedaba todavía más por luchar. Tuvo una enfermedad grave producida por ciertas garrapatas y hubo que medicarla fuertemente de nuevo. Pero mi tía ya se había enamorado de Karina porque, todo hay que decirlo, la perrita te conquistaba con esos ojos marrones que tiene y esa mirada dulce que pide nada más que cariño.
Así que continuaron adelante con lo que fuera necesario pese a que al poco tiempo también le detectaron leishmania, una enfermedad transmitida por el flebotomo (una especie de mosquito) que puede afectar a los órganos vitales del perro si no se trata a tiempo. No obstante, una vez controlada, el animal puede llevar una vida sana y totalmente normal.
En su nueva casa le dieron todo lo que necesitaba y más. Ella respondía muy despacio a la medicación y tuvo temporadas en las que estaba muy apagada, pero con los cuidados y mimos que recibía constantemente de su familia logró vencer todos los contratiempos y ahora, ya del todo recuperada pues sólo tiene que hacerse unos controles rutinarios, Karina disfruta de lo que en un principio de su vida se le negó: una familia que la quiera.
Karina nos demostró a todos la gran luchadora que era, ella consiguió lo que muchos daban por perdido. Ahora hace una vida completamente normal, le gusta estar con más perros, con niños, con otras personas, pasear, ir a la playa y correr y correr como si tuviera que recuperar todo lo que no pudo hacer durante ese tiempo que estuvo tan convaleciente.
Ahora Karina, nuestra Karina, es feliz.
Gracias “Karinuchi” por darnos esta lección de superación, por darnos tanto cariño y hacernos un poquito mejores.
Comments