Pura estética
- María Marta Valero
- 16 ene 2016
- 2 Min. de lectura

El ser humano se fija mucho en la imagen y esa es una afirmación imposible de contradecir. Tendemos a juzgar a las personas por su aspecto físico y por su belleza. De igual modo ocurre con las mascotas, es mucho más fácil que adopten a un perro/gato con una figura más estilizada y digamos que “guapo” que a una mascota despeluchada (que quizás pueda tener incluso un carácter mucho más afín a la persona que el perro/gato “guapo”).
Pero nosotros somos así, el físico y la belleza nos ha marcado desde siempre y más aún con la aparición de la publicidad al igual que la televisión. La peor parte es que ese concepto de perfección que se quiere al final terminó por aplicarse también a los animales, más concretamente a los perros.
Durante mucho tiempo se ha permitido cortar el rabo y las orejas de los perros de raza por razones puramente estéticas. Incluso a la gente puede resultarle extraño ver un bóxer o un doberman con cola y es que los dueños deciden contarles ésta por el simple hecho de considerarlos más atractivos.
Hace unos años, una amiga me contó una anécdota que me llamó mucho la atención. Mi amiga tiene un yorkshire y en aquel entonces apenas era un cachorro. Un día lo llevó a ponerle las vacunas que le faltaban y los propios veterinarios le sugirieron si quería cortarle la cola a su perro (algo común en esta raza) pues dentro de unos pocos meses dejaría de poder realizarse este tipo de cirugías estéticas.
Ella, a diferencia de otras personas, se negó. Me dijo, “¡qué absurdo privarle de una parte de su cuerpo con la que ha nacido!”. Y, obviamente, le di toda la razón. Sin embargo, lo que me pareció más indignante de aquella situación fue el hecho de que los veterinarios, profesionales que supuestamente aman y respetan a los animales, le ofrecieran la posibilidad de cortarle la cola a su mascota cuando mi amiga en ningún momento preguntó sobre el tema.
En mi opinión, deberían ser los veterinarios quienes explicaran a los dueños lo absurdo de estas operaciones y las desventajas que puede conllevar pues, al fin y al cabo, la cola es la prolongación de la columna vertebral en los canes y les permite mantener mejor el equilibrio.
Pese a que finalmente se prohibieron en España las intervenciones quirúrgicas para tales fines, todavía a día de hoy pueden verse cachorros de raza con las orejas cortadas o sin rabo. Si todos fuéramos un poco más conscientes de la realidad, querríamos a nuestras mascotas por lo que son: amigos fieles e inseparables que harán lo que sea por nosotros sin juzgarnos ni pedir nada a cambio. En cambio, tendemos a dar prioridad a la imagen incluso por encima del carácter lo cual puede tener graves problemas psicológicos tal y como se cuenta en el video.
Comments