Los animales salvajes, ¿simple negocio?
- María Marta Valero
- 21 ene 2016
- 2 Min. de lectura

Las pasadas navidades supusieron un gran avance en cuanto a un hecho: la defensa del bienestar de los animales salvajes. Y es que los ayuntamientos de varias ciudades optaron por no autorizar el establecimiento de circos que realizaran espectáculos con animales en sus ciudades.
Desde el año 1830, la introducción de animales salvajes en las actuaciones circenses fue cada vez más común. Y esto se potenciaría con la creación en 1880 de la llamada “jaula central” inventada por los hermanos Hagenbeck. El problema radica en que para realizar ese tipo de espectáculos es necesario someter al animal a una serie de entrenamiento que termina anulando sus comportamientos naturales. A ello se le suma los recintos pequeños en los que viven encerrados día y noche únicamente saliendo de éstos para su entrenamiento.
Ya no sólo podemos limitarnos a las malas condiciones en las que se encuentran muchos de estos animales de circos sino el riesgo que pueden suponer para la Seguridad Pública. Los animales salvajes son impredecibles y más bajo la frustración y la represión que supone estar enjaulados, por lo que una falta de seguridad puede provocar graves daños en personas o incluso en el propio público si el animal se desboca.
Por su parte, nos encontramos con los zoológicos que, en muchos casos, siguen siendo espacios no lo suficientemente amplios para los animales puesto que conlleva un alto coste el mantenimiento de las instalaciones en condiciones idóneas.
Para hablar de estos dos temas, la explotación en zoos y circos, contactamos con Alberto Díez, miembro de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA) que junto a otras organizaciones lleva a cabo dos iniciativas: Infozoos e Infocircos.
Para acabar con este tipo de prácticas podemos escribir cartas a los medios de comunicación a fin de abrir un espacio de opinión pública y creando debate social, escribir a los representantes de los ayuntamientos de las localidades que permiten los circos con animales y explicarles las razones para prescindir de ellos, organizar eventos informativos para dar a conocer la realidad de estos espectáculos...
Otra de las iniciativas que se está promoviendo es el proyecto ZooXXI que pide una reconversión de los zoológicos para un uso más educativo y de investigación que la función empresarial.
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